Dama de Blanco

 Una rueda de amigos alrededor de una hoguera y alguien comienza a contar una historia. La mayoría de las veces es una leyenda urbana. Que puede inspirar películas de terror y libros de éxito.
 En mi caso, estaba en un café de Buenos Aires con Daniel, un amigo taxista porteño. Y fue él quien me contó la historia de la "Dama de Blanco".
 "Luiza, ¿sabes el cementerio delante del hotel de ustedes? ¿El Cementerio de la Recoleta?   "Tiene una leyenda del fantasma de una niña que se queda caminando ...."
 "¡Puedes parar! No quiero saber. Si no, no duermo más! ", Dijo mi madre, que muere de miedo a esas historias de fantasmas y que había viajado conmigo a Argentina.
 Pero yo insistí que él contara, me quedé curiosa. Rufina Cambaceres nació el 31 de mayo de 1883 en Buenos Aires. Su padre, Eugenio Cambaceres, era un escritor conocido y su madre, Luisa Baccichi, era una bailarina que sufría mucho con el preconcepto de la alta sociedad de la época. Cuando Rufina cumplió 5 años de edad, Eugenio falleció de tuberculosis.
 En 1902, en su cumpleaños de 19 años, su madre iba a presentarla a la sociedad dando una fiesta en el Teatro Colón - que es la versión del Teatro Municipal en Buenos Aires. Poco antes de ir, Rufina recibió de una amiga una noticia - que sería fatal para ella. El único hombre por quien se había enamorado mantenía relaciones con su madre. Con la revelación, Rufina tuvo un ataque al corazón. La muerte fue confirmada por médicos y ella, enterrada en el cementerio de la Recoleta.
 Lo que no se sabía es que la joven probablemente padecía de catalepsia (enfermedad en la que la persona parece muerta pero no está). Al día siguiente a su entierro hubo un desplazamiento de la tierra encima de su tumba y fueron a comprobar lo que podría haber ocurrido. Abrieron su ataúd y encontraron el cuerpo de la joven fuera de la posición original y con marcas de uñas en la tapa, en las manos y en la cara. Su madre encargó una inmensa estatua simbolizando a Rufina intentando abrir la puerta por la eternidad y colocó delante de su tumba. Para hacer la historia menos tenebrosa y más romántica, dicen en la Recoleta que la joven Rufina Cambaceres deambula por el cementerio llorando su corazón roto ...
 Daniel me contó también que un hombre que estaba pasando por la Recoleta vio a una niña que estaba con frío y le dio su abrigo. Días después cuando fue a buscar la chaqueta en su casa, la madre informó que ella ya había muerto hacía años. ¡Confieso que después de esas historias pasaba en la puerta del cementerio con otra mirada ... o mejor, con miedo! Cuando llegaba en la habitación, abría el balcón que daba a la entrada del cementerio e maginaba si podía ver la "dama de blanco". ¡Todavía que no lo conseguí! 
                                                             tumulo da rufinha

      Ana Gabriela / Dielle Anastacio / Rafhael Szerman  1° Química

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