La Tomatina

La tomatina
Tomatina es la prueba de que la guerra a veces es dulce. Al menos en España, donde la munición se transforma en una inmensa salsa de tomate esparcida por las calles de Buñol, en la provincia de Valencia, en la Comunidad Valenciana. Y lo mejor: si alguien "muere" en esa guera es de reír, de divertirse o de cansancio.
Una tradicional fiesta y una de las que más atraen turistas a España, que todos los años vienen a bañarse en la calle tomada de gente y de rojos tomates maduros y -magrados. Una bella confusión lamentada que ocurre todo el último miércoles de agosto.
Pero una información útil para todos: los tomates utilizados en la tomatina se cultivan propiamente para esto, y es una especie de tomates no tan buena para el consumo. Es decir, no es tan desperdicio así. Puede divertirse sin culpa.
El inicio de la "batalla" de tomates en Buñol tiene su origen en incierto. La más aceptada (se lee: popular) de las teorías es que, durante el desfile de Gigantes Y Cabezudos de 1945, algunos jóvenes decidieron escenificar una pelea en la Plaza del Pueblo y la munición más cercana que había eran tomates. La policía actuó y obligó a los participantes a pagar por los tomates.
Al año siguiente regresaron, el mismo miércoles y con sus propios tomates, para enfrentarse nuevamente y ser dispersos por la policía nuevamente. Pero el próximo año, allí estaban de nuevo. Y así comenzó la fiesta pasó a convertirse en costumbre. Después de algunas prohibiciones sucedieron, pero todo funcionó. En 1980 el Ayuntamiento de Buñol asumió la organización del evento y ahí fue tomate que no acaba más.
Todo comienza a las 9 de la mañana, en la Plaza del Pueblo, y van llegando personas y más personas para el inicio de la fiesta. Se eleva entonces un gran mástil lleno de jabón, como un palo de sebo, y encima de él, un gran jamón. Los más animados intentan subir para alcanzar su premio. Mientras tanto, de los balcones de las casas, la gente va jugando baldes de agua en los participantes de la Tomatina.
A las 11 de la mañana suena el primer disparo para anunciar el comienzo del desastre y es ahí donde llega el primer camión cargado de tomates y los despeja por la calle. Poco después todos ya están rojos en salsa de tomate y van llegando otros cargamentos de "munición". Hasta que suena el segundo tiro y es el final de la Tomatina. No exactamente el fin, ya que ahora los "combatientes" serán lavados de manguera allí mismo en la calle.
Como todo ambiente civilizado, aquí tiene reglas para evitar accidentes y mantener el clima festivo y amistoso entre todos. Las reglas están en el sitio del Ayuntamiento de Buñol.
  • No se pueden llevar botellas o cualquier objeto que pueda causar accidentes;
  • No se puede rasgar camisetas, la ropa;
  • Los tomates deben ser aplastados antes de ser arrojados para evitar que lastiman a alguien;
  • Debe dar paso y respetar el flujo de los camiones;
  • Al segundo disparo, ningún tomate deberá ser arrojado.

Simple y objetivo. Así todo el mundo va a poder divertirse sin grandes problemas y podrá participar de esta tradicional fiesta española.
  • Gian Carlos dos Santos
  • Leticia Almeida

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